jueves, 6 de mayo de 2021

CONTROVERSIA en contratos culturales estigmatiza a la alcaldesa Cinthya Viteri

12:34

  


Alcaldesa de Guayaquil Cinthya Viteri

Una ciudad como Guayaquil motor de desarrollo económico del Ecuador pedía a gritos mostrar otra cara desde los años ochenta del siglo pasado, especialmente en los mercados, donde se concentraba el mayor aglutinamientos de compradores de alimentos que se exponían en las calles donde corría aguas servidas en determinadas ocasiones, sin embargo, fue en 1992 cuando  el expresidente León Febres Cordero, decidió participar como candidato a alcalde después de haber administrado un país, (situación no ocurrida antes) que se inició un cambio.


Elegido León Febres Cordero, conocido como buen administrador, la ciudad inició mejores días en 2 periodos 1992-1996, 1996-2000 que como siempre no satisfizo a todos, pero a los pocos años la ciudad mostraba otra imagen, sin dejar de ser productiva. Su mayor culminación la construcción de la primera etapa del malecón 2000, que generó un cambio positivo en la autoestima de los guayaquileños.


Desde el año 2000 hasta el 2019 constantes elecciones designaron a Jaime Nebot, como el burgoamestre que representaba a los guayaquileños, él incrementó la obra del malecón 2000, que abarcó más espacios, proyectos de regeneración se dieron por todos lados, la ciudad de pronto marcaba una cara moderna, se aprovecharon los pasos elevados para plasmar murales de artistas nacionales y extranjeros de gran valía, en la cultura se continuaron promocionando libros educativos y de investigación, es decir la cultura iba paralela al crecimiento en obras viales.


Posteriormente Guayaquil elige a una dama "madera de guerrero" Cinthya Viteri como nueva alcaldesa para el periodo  2019- 2023, conocida, joven, crecida y salida del partido Social Cristiano, hizo pensar a los ciudadanos que su capacidad incrementaría el desarrollo de la ciudad, al poco tiempo el país es víctima de la pandemia mundial del covid 19.


Sin embargo, la pandemia hizo ruido a partir de marzo del 2020, ella estaba en el cargo desde mayo del 2019, desde ahí, se notó un cambio, se incrementó el presupuesto administrativo y de obras, se rumoró que en lo relacionado a la publicación de libros, se mantendría en receso, dando a entender que la gente no leía, por lo tanto no era necesario invertir, sin darse cuenta que publicar ahora es mantener la historia y la identidad para las generaciones futurass, no toma en cuenta cómo historiadores e investigadores visitan la biblioteca municipal escarbando libros para enterarnos del pasado.


Hoy la alcaldesa Viteri es estigmatizada por permitir que se den contratos onerosos a pretexto de la cultura, quizás  por enfrascarse en dar su oratoria  por la salud de los ciudadanos que habitan en la urbe  descuido lo otro el apoyo al arte y las letras.


Dos proyectos culturales onerosos que no son vitales que seguramente por la pandemia no fueron analizados a profundidad la tiene cuestionada por la opinión púlbica y judicialmente. Los artistas sean visuales o de las letras pueden estar pasando complicaciones económicas por la pandemia, pero, no pueden ser olvidados porque su talento lo siguen puliendo, haya o no contratos para ellos. Situación que se ha dado porque los administradores de las fundaciones municipales no son especializados en esas áreas, quedando la decisión a inexpertos en el asunto, que desgraciadamente imponen su criterio es desmedro de lo bueno para la ciudad.


Fallar o tomar a la ligera la cultura es un estigma que será difícil erradicar por parte de la alcadesa y puede generar el fin del espacio socialcristiano en Guayaquil.

Por: Leonardo Rivadeneira

 

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