LEONARDO RIVADENEIRA
Las maneras de pensar de ciertos ciudadanos sobre los candidatos
a la presidencia de la república asombra, sorprende y hasta provoca risas,
aunque al final pueden terminar arrepintiéndose de su decisión de votar por determinado
candidato.
Indudablemente que a los ciudadanos de a pie le gusta
escuchar que un presidente se identifique con ellos, una prueba, al expresidente
Rafael Correa lo tenían como su benefactor, porque les adjudicó una vivienda de 36 metros cuadrados, que no es de su dinero.
En los hogares pobres los chicos que tenían de 12 a 15 años,
escuchaban con un poco de morbo al presidente Correa todas las semanas, con la tribuna para él solo, se explayaba, tenía tiempo hasta para
hablar de su equipo Emelec y muchos coidearios lo aplaudían, cómo no lo iban a
hacer, si mientras el hablaba se estaba gestando robos en todos los estratos
del estado ecuatoriano, la prueba son los juicios y las condenas por doquier.
Estos chicos hoy tienen 25 a 30 años, probablemente lo único
que han escuchado de política es Correa, Correa y Correa. Por ello el pone su
candidato y espera que triunfe.
Hay otros simpatizantes del candidato de Correa, aquellos
que se lucraron durante 10 años y desean volver al ruedo, cuando manejaban el
dinero de las arcas estatales a su antojo, muchos están de candidatos y por
cuestiones de corrupción de las autoridades de control no están presos.
Otros simpatizantes del candidato de Correa muestran su
apego porque le dieron una beca, otros porque trabajaron un año en determinado
cargo, porque le dieron un nombramiento como médico, profesor, o burócrata,
quizás estos tienen por lo menos un beneficio, su estabilidad laboral, pero la
mayoría ¿qué han obtenido? Nada. Siguen desempleados.
Esos desempleados probablemente aún no usan la razón y piensan que sus candidatos les cambiará la vida, craso error, desde que se conformo la república del Ecuador, no ha existido un presidente que beneficie al pueblo tanto como se beneficiaron ellos y su grupo.
Una vez que termine la campaña política, el pueblo recién se enterará
que el gobierno está reteniendo el 2% de las ventas de los mircroempresarios,
así ellos pierdan, es decir primero el estado después el ciudadano. Situación que
no es igual para los grandes empresarios.
Se votará una vez más por amor, por pasión, y no con
racionamiento, con el detonante que los candidatos tienen poco criterio a la
hora de hablar de cómo beneficiar al país.
Con pasión sin compresión, el voto será para los demagogos
que gozan y se ríen de que con poco verbo y payasada han logrado salir con las
preferencias electorales.
Con esas realidades la ciencia, tecnología y cultura seguirá relegada. de nada sirvieron que se instruyan los becados, no hay plazas de empleo, los gobernantes parecen no planificar solo contentar a un estrato social, mientras la justicia se parcializa hacia el más rico.
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