jueves, 30 de abril de 2020

ANÉCDOTAS CON SILVIO DEVOTO PASSANO, AL MES DE SU PARTIDA

10:16




Conocí a Silvio Devoto el año 1989 cuando era gerente de la empresa que administraba el hipódromo Buijo, hoy hipódromo Miguel Salem Dibo, en homenaje a ese gran constructor del hipódromo y de edificios altos entre ellos “el fórum”.

Un día pasábamos con Cipriano Yu Lee (fallecido) por las oficinas del hipódromo, en la calle P. Icaza, Silvio estaba con Ayis Farah Ferzan(fallecido) hablaban de  todo, yo más joven gozaba de sus anécdotas, una de ellas la del chino Yu Lee que había sembrado en un terreno, donde el vecino le había prometido dar permiso para que bombeara agua del río cuando la necesite, cuando llegó el tiempo de hacerlo, el vecino se arrepintió y el negocio agrícola se fue abajo, así era Yu Lee buena gente y confiado.

Dejé de ver a Silvio Devoto hasta el año 1999, cuando él finalizaba un corto periodo en Autoridad Portuaria, tuvimos mayor contacto desde ahí, hubo empatía, especialmente cuando hablamos de proyectos culturales, así que planificamos en la imprenta (era el negocio del que yo vivía) unos se hicieron realidad otros no.

Silvio fue una persona carismática se adaptaba a cualquier medio con facilidad, su cultura, experiencia, conocimiento le permitía. Muchos recuerdan a Silvio solo como un experto en hípica, pero, también lo era en el fútbol.

En una de las tantas ocasiones que pasábamos conversando, visitábamos a Carlos Falquez Batalla en la alcaldía de Machala, al poco tiempo para amenizar la visita, yo le preguntaba a Silvio si se acordaba de la alineación de Boca Junior del año 59, se la sabía de memoria, yo me reía por la rapidez con que la detallaba, a pesar que yo no conocía a esas figuras, Carlos Falquez, que pasó por la dirigencia deportiva en Machala, contaba entre risas las suyas, y la manera de actuar de ciertos futbolistas de aquella época, entre ellas las de Alberto Spencer como un caballero con sus compatriotas en la época de cónsul en Uruguay

Recuerdo cuando vino la dolarización, el negocio de la imprenta decayó, los proveedores me timbraban todas las semanas, Silvio me veía angustiado, le dije no me queda más que vender los cuadros de mi padre Humberto Moré (fallecido).  Déjame ver cómo te ayudo, me dijo, al poco tiempo, me llevó donde Pedrito Isaías, que le decía la biblia a Silvio, porque todo lo sabía, él nos compró algunas obras, entre risas y anécdotas

Desde ahí, Silvio medio en broma medio serio decía vamos a culturizar a este país, y emprendimos algunos proyectos para prefecturas y municipios, su personalidad y conocimiento ayudaba a que las autoridades sean sensibles a nuestros objetivos, el tema preferido fue siempre Barcelona, del que Silvio fue presidente el año 1973

En los últimos años a veces hablaba con nostalgia, me contaba cuando la casa donde vivía de niño (lo que hoy es el edificio de casa Tosi) se incendió y el negocio del padre se arruinó, sin embargo, salieron adelante, por un préstamo bancario que le hicieron al padre

Hace poco le preguntaba sobre el libro de oro de la hípica, me dijo ya lo tengo listo, solo faltan detalles, me da miedo terminarlo porque parece que ahí se acabará mi vida
Por: Leonardo Rivadeneira

 

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