LEONARDO RIVADENEIRA
Se percibe la recesión en la provincia de Santa Elena en
parte por el sistema improductivo privado y por otro lado por la realidad en
que algunos burgomaestres encontraron las arcas municipales, debido a que en nuestro
país se actúa de manera política sin tomar en cuenta los parámetros técnicos,
así el “civismo” de los políticos nuestros permite que las elecciones se lleven
a cabo entre febrero y marzo y se inauguran en el cargo en el mes de mayo,
elecciones que deberían concretarse en el mes de septiembre u octubre para que
las nuevas autoridades ingresan a inicio de enero, de ese modo no tocan los
fondos del nuevo año. Cuándo se pensará en beneficio del pueblo.
Debido a ello, en ciertos casos los alcaldes transitorios hacen
en esos pocos meses lo que le da la gana con las finanzas municipales, sin que la obra trascendente se note, si
pueden contratar tres o cuatro millones por cualquier "proyectito" hacia allá
apuntan y lo ejecutan, lo importantes es contratar, por eso insisto que la
mayoría de nuestras autoridades son buenos contratista y malos planificadores,
con esa forma de actuar salen perjudicados los ciudadanos de la provincia que
no ven un progreso sustancial.
Un caso puntual la municipalidad de Santa Elena inflada al máximo, sin criterio técnico, algunos dicen que llegaron a tener cerca de 1000
empleados ¿para hacer qué?. Como se acercaban las elecciones, era coyuntural
para el burgomaestre saliente priorizar el contacto con la comunidad y hacia
allá fueron los enrolados de última data.
Después, inflado ese municipio, el alcalde transitorio para
sentirse burgomaestre, también ingreso más empleados, así, actúan muchos
políticos, quedan bien ahora, después que el siguiente alcalde vea qué hace.
La realidad para las nuevas autoridades es solucionar ese
grave problema, de lo contrario no habrá presupuesto para obras.
Imagínense lectores, si un municipio tiene 200 pipones a un
promedio de 500 dólares mensuales, significaría, un $1.200.000 al año, si lo
mantiene 4 años serán $4.800.000, cuánta obra de servicios básicos se podría
lograr con esos fondos.
Lo mismo pasa con La Libertad donde un alcalde duró 5 años
en el cargo, y en todas las cuantiosas obras que contrató hubo graves problemas de sobreprecio,
incapacidad que lo ha hecho merecedor a demandas judiciales.
Sin embargo, esto es lo recogen las nuevas autoridades, ahora deben mostrar talento y
rodearse de funcionarios que cambien este presente, de lo contrario, los
ciudadanos habrán elegido personajes que los obnubilaron en campaña y no
encuentran respuestas a sus necesidades.