LEONARDO RIVADENEIRA
Los políticos tradicionales no tienen vergüenza
en afirmar que ahora con sus nuevas administraciones va a llegar el progreso, y
¿por qué no llegó el progreso en los 20 años que han pasado?
La mayoría de políticos que han manejado
las arcas seccionales mostraron incompetencia, incapacidad, falta de visión, su
mentalidad está programada para deshacer los fondos municipales en las obras
que se les ocurra, un ejemplo hacen una obra de
$ 100.000 e invierten $5.000 en promocionarla, si sumamos las
promociones que hacen de las obras intrascendentes veremos que en 4 años de
administración han gastado por lo menos
un millón de dólares que pudieron invertirse en otro tipo de obras.
Pero, así son nuestros políticos de siempre,
vanidosos e ignorantes en extremo, actúan políticamente, aunque con ello estén
hundiendo al pueblo en la pobreza, luego les pedirá su voto.
No es de sorprenderse que ahora inviertan más
en lonas, vallas, gorras, camisetas e internet, después de 20 años, nos damos
cuenta, que, nuestros políticos de siempre no han sido políticos, han sido
empresarios “tapiñados o escondidos” lucrándose de las entidades seccionales,
protegidos por las autoridades de control, esas autoridades que en vez de
auditar al que comete el delito, deciden, presionar más al que denuncia, lo que
deja duda en la ciudadanía de su verdadera labor.
Los mismos de siempre evitarán el debate porque
su vanidad no les permite creer que deben presentar sus propuestas y ser analizadas
su conveniencia o no.
Así hablan de progreso, cuando ellos han sido
por su incapacidad causantes de que la provincia de Santa Elena este en los
últimos lugares del desarrollo en el país.
Los políticos de siempre son sinvergüenzas, una prueba elocuente se observa al
visitar a los habitantes de la parroquia Simón Bolívar donde la pobreza
alcanza el 99% les prometen, que ahora van progresar, que
insolencia con ese pueblo atropellado en su dignidad.
Tan rudimentario son los mismos de siempre que
ahora dicen en las comunas que fulano, sutano, son sus amigos, con esos amigos
para que enemigos, algunos pobres comuneros le creen, otros no lo apoyan, una vez
que llegan al cargo ni lo conocen
Esta es la realidad de la provincia de Santa Elena,
los pobres deben conocerla y reaccionar para no hundirse más de lo que ya están