Debe ser decepcionante que a pesar del ingente gasto que
realizan en las precampañas políticas los partidos tradicionales en la
provincia de Santa Elena los resultados sean tan bajos.
La mayoría de los partidos políticos provinciales dependen
de una sola figura que tienen la ventaja de estar al mando de las
administraciones locales, aunque sea difícil probarlo se observa como
aprovechan esta coyuntura para acaparar simpatizantes que no son gratuitos, la
pobreza local ya comprobada les permite a los líderes influir sobre una
determinada cantidad de personas que no ganan un sueldo decente, por eso el
apoyo es a cambio de una oportunidad de trabajo.
Por ahora son tomadas en cuentas esas personas para alcanzar
el objetivo final de seguir en las instituciones de elección popular, luego
sino lo logran, muchos serán abandonados a su suerte. Ellos lo saben, pero, no
tiene otra opción, la alarmante cifra de cien mil personas desempleadas en la provincia
de Santa Elena ocasiona caer en ese limbo momentáneo de trabajo político, aunque
no simpaticen con el candidato que apoyan.
Lo grave es que el resto de esa gran masa desempleada no
tiene siquiera esa oportunidad efímera. Así, jubilados con capacidad de
aportar, profesionales de alto nivel, y trabajadores en general que abarca
todos los ámbitos, siguen esperando una oportunidad para aportar por el
bienestar de su familia.
Este es el punto que rompió la esperanza de la gran masa en
edad productiva de confiar en los políticos tradicionales, porque en décadas no
han podido planificar el desarrollo en la península de Santa Elena.
Un pueblo paciente como el santaelenense al fin rebosó su
paciencia y se dio cuenta que fueron utilizados durante años. Observó como las
pocas familias allegadas a los líderes políticos tenían oportunidad de laborar
en esas instituciones y el pueblo nada.
Los políticos tradicionales agobiados en sus posibles
contratos con preferencia personales, descuidaron al ciudadano que le dio su voto,
hoy preocupados no saben como hacer para convencerlos nuevamente por que los
números no le están favoreciendo.
Ya es tarde, cien mil desempleados le dirán no, con la esperanza
que nuevas figuras preparadas, honradas, con visón se inmiscuya en la política
para poder revertir esta inacción de los mismos de siempre.
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