Hace 11 años llegue a estas tierras como emprendedor con
sueños de establecerme y vivir de la imprenta, negocio al que me he dedicado
desde mis años mozos. Precisamente este
negocio de la impresión de libros, revistas, periódicos, captó mi atención y
formó en gran parte mi personalidad al conocer a una variedad de escritores,
pintores, políticos, e intelectuales en general, que me visitaban para imprimir
sus libros, en esos diálogos daban a conocer las realidades del momento, que
siguen como problemas de hoy.
15 años atrás rondaba en mi mente la idea de venir a Santa Elena
a gozar de estas playas paradisíacas y su tranquilidad, que contrastaba con el
tipo de vida que tenía en Guayaquil donde el estrés era el pan de cada día,
producto de la competitividad normal en los negocios de artes gráficas, donde
ya se percibía su descenso producto del crecimiento de la informática.
Pude cumplir el sueño de establecerme en Santa Elena, cuatro
años después, cuando fundé el periódico LA PRIMERA en mayo del 2008, es como un
hijo más para mí, por eso, cuido su imagen.
Al poco tiempo de circular sus dos primeros números me di
cuenta, que la gran masa de la sociedad santaelenense, no tenía el hábito de
adquirir periódicos locales, ante ello decidí obsequiarlos, lo hemos hecho ya
10 años, para aportar a la comunidad peninsular.
Viviendo en el cantón Santa Elena uno se da cuenta de las
virtudes y las falencias que existen. Al comienzo, también pensé como muchos
habitantes, que el progreso y el desarrollo vendrían en los próximos 10 años,
ya se cumplieron esos plazos y seguimos en la misma situación social y económica,
aunado a eso la corrupción aparece por todos lados, lo que es peor somos la provincia
con menos ingresos por habitantes en el país.
Ante ello, he sido crítico de todas las autoridades locales
por su constante lentitud en estos procesos de desarrollo, creen nuestros
políticos tradicionales que los habitantes de esta provincia vamos a vivir 200
años, así que ellos van lento como la tortuga, sin preocuparse que el promedio
de vida local es entre setenta y setenta y cinco años nada más.
Esta lentitud de los políticos nuestros genera insatisfacción
ciudadana, el que yo los haya criticado no ha sido por una animadversión hacia
ellos, más vale es una preocupación para que reaccionen, a muchos los aprecio,
pero a estas alturas de sus carreras políticas no van a cambiar de mentalidad
por eso dudo de lo que puedan hacer a futuro, prometan lo que prometan.
El inmiscuirme como editorialista en opinar sobre política es
por que de ella depende la transformación de la provincia de Santa Elena, si
seguimos pasivos, el futuro será deprimente para nuestros hijos y nietos
Ante esta realidad un grupo de ciudadanos que conocen mis
ideas para transformar Santa Elena han pedido que me inmiscuya en el quehacer político
como futuro candidato.
Les he respondido que no me disgusta la idea y vamos a enrumbarnos
a las zonas rurales para darnos a conocer, tenemos grandes proyectos para
sacarlos del marasmo en que se encuentran.
Por ello difundiremos el contenido de un folleto para que
lean nuestros objetivos para salir del atolladero que nos encontramos y que los
políticos en el cargo no lo creen.
Este folleto es para que los jóvenes santaelenenses puedan
laborar y no tener que emigrar a otras provincias para subsistir.
El mensaje es para aquellos jóvenes que ahora son utilizados o
engañados por algunos partidos políticos con el cuento que les van a dar
trabajo, ¿dónde? no lo sé, porque las entidades municipales no pueden dar
cabida a más de 80 personas cada cambio de administración.
Si queremos tener trabajo y vivir como otras sociedades
productivas, unámonos, sean de cualquier tendencia, ya lo dijo el sociólogo
norteamericano Daniel Bell, hoy las ideologías están sobrando, los ciudadanos vivimos
del trabajo y no de la dádiva.