ANTECEDENTES
Muchos años atrás, desde la época de la Dirección Regional de Minería con sede en Guayaquil se estuvo otorgando títulos de "Concesiones mineras" para la explotación de variadas tipologías de piedras en el cerro "El Tablazo", actitud insólita, ya que la concesión minera abarca gran parte del cerro El Tablazo" cuyo sector en aquella fecha ya estaba poblado, es una zona de gran asentamiento urbano, esa realidad le recalcaba el alcalde de Dionicio Gonzabay según oficio No. 00168-2007-IMSE-A el 8 de marzo del 2007.
Han pasado 11 años desde aquel escrito y hasta la fecha no existe autoridad que haya podido detener ese depredar del cerro en perjuicio de miles de habitantes que ven afectada su salud, otros han sido perjudicados en la infraestructura de su vivienda, como es el caso del Motel Amore Mío, cuyo propietario mostró las rajaduras en gran parte de sus habitaciones.
Uno de los causantes de esa depredación inmisericorde es la constructora Morocho, del Ingeniero Carlos Morocho Duque que ha utilizado todas las argucias legales para seguir explotando dicho sector, sin considerar la afectación a la población.
ARCOM (Agencia de Regulación y Control Minero) le otorgó con código catastral No. 700369 la concesión Rancho Alegre 3, con código catastral No. 700202 Rancho Alegre 2, y con código No. 700318 Rancho Alegre 5.
La semana pasada una comitiva al mando del director provincial de medio ambiente Luciano Ponce realizó una inspección al lugar. A simple vista, se observa que los controles para mitigar la polución son mínimos, apenas un carro humedecía el camino y no la totalidad de la extensión explotada. Además, a la entrada de la concesión Rancho Alegre 5 que ellos explotan pasa la tubería de petróleo, que puede ser afectada por las continuas explotaciones a base de dinamita, más el alto riesgo del polvorín (almacenamiento del material explosivo) que se encuentra ubicada en el lugar.
La situación ahora es más grave porque en once años la población en Santa Elena ha crecido sustancialmente, son miles de habitantes que se ven afectados por esta explotación minera, tal es el caso que a veinte metros del límite de explotación de la constructora Morocho se encuentran ubicadas las casas de los habitantes del sector.
La ciudadanía está preocupada por que el sector ha sido depredado y no saben cuando colocarán nuevamente la tierra inicial o el llamado humus que permitirá recuperar en algo la naturaleza de los árboles que tanto necesita la zona para mitigar en algo la erosión ocasionada por la constructora Morocho.
Tampoco ARCOM ha informado hasta que cota se explotaran estas canteras, ya que el cerro es la única elevación que puede albergar a los habitantes en caso de una catástrofe.
Algunos creen que hay que sentar precedentes, porque primero están los habitantes y no el beneficio de una empresa, que históricamente es la ganadora de los contratos más onerosos que los gobiernos seccionales emprenden, inclusive dicen que Carlos Morocho es un hombre influyente en estos gobiernos locales
Luciano Ponce director provincial,dice que ellos no han dado la concesión sino ARCOM, institución que muestra en su web las concesiones en un mapa que marca el desarrollo de la ciudad con datos de hace muchos años y no el real.
Así entre papeles, cartas, oficios sin solución y dilatorias de la constructora Morocho para seguir explotando un patrimonio de la ciudad, esta se contamina
El Ministerio de Ambiente al mando de Tarsicio Granizo debería interesarse en el asunto, ya que la misma institución propone el establecimiento de una red de monitoreo de calidad del aire en la población.
Se espera que se detenga esta explotación debido a que "El Tablazo" es el único pulmón y elevación importante que tiene la ciudad ante la eventualidad de desastres naturales.
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