Al recorrer las diferentes parroquias rurales de la provincia
de Santa Elena que forman parte de dos cantones Santa Elena y Salinas, cualquier
ser humano se sorprende de tanto atraso, del poco beneficio que ha obtenido el
habitante del sector.
En dos sendas visitas realizadas a Manglaralto y Chanduy se corrobora
ese sentir del turista, la provincialización no ha logrado sacarlos a flote aún
de ese estancamiento.
Por ahora me voy a referir a Manglaralto, una parroquia que
tiene todo para progresar, sin embargo, ha sido descuidada por los políticos de turno.
Los ciudadanos se quejan del escaso progreso, otros por
temor a represalias omiten su nombre, pero perciben que la mayoría de los Gads
no le están prestando la atención debida y que hay irregularidades.
La propia Junta Parroquial que supuestamente por ley nació para
suplir los descuidos municipales no es eficiente en su accionar, en Manglaralto
la responsable de esa insatisfacción ciudadana es la presidente Marina Vera que lleva ocho años en ese cargo producto de
dos elecciones consecutivas, a escasos dos años que termine en su cargo, no se vislumbra
que su política administrativa cambie, lo que ha generado el descontento del
ciudadano, que observa como la parroquia no da visos de progreso social, peor
de una generación de empleo a través del turismo interno.
Más vale se escucha voces que la corrupción también ha
llegado a estos lares, ni la página web que posee la institución difunde el presupuesto anual o por lo menos se hace difícil su hallazgo digitalmente. La misma Contraloría en un análisis de la administración
anterior de Marina Vera 2010 -2014 ha dado su informe al respecto, hay obras
adjudicadas donde el contratista no ha actualizado las garantías respectivas
por anticipo y fiel cumplimiento del contrato. No realizan acta de recepción
del salón de uso múltiple de la Junta Parroquial. Planos de proyectos sin firma
de responsabilidad.
En otros contratos ejecutados por la Junta Parroquial de Manglaralto
no se emiten los documentos que respalden la ejecución de rubros nuevos y la diferencia
de cantidades. A pesar de todo la Junta parroquial canceló todos los rubros.
Asumimos que dichas observaciones ya fueron evacuadas por la
presidente Marina Vera, este pequeño referente de Contraloría da mucho que
pensar sobre esa administración en Manglaralto, pensando sanamente podríamos
suponer que la falta de cultura administrativa generó estos errores garrafales.
Las juntas parroquiales deben entender que la ignorancia
también es castigada, en el caso de nuestras parroquias eso se debe evitar, con
políticos limitados los ciudadanos de estos terruños tienen razón al pensar que
el progreso en su sector no llega.
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