viernes, 7 de julio de 2017

Comuneros santaelenenses marginados e indignados en pleno siglo XXI

23:36


Cuando Gabriel García Márquez presentó al mundo su genial obra “100 años de soledad” hace cincuenta años, daba cuenta que percibía el futuro de muchos pueblos latinoamericanos del siglo XX y XXI, ese orden que  mantenían sus pocos pobladores, cambió, cuando a pretexto de progresar, sus habitantes ancestrales recibían marginación, penalidades lacerantes, y soledad.

Algunas comunas de la provincia de Santa Elena pueden ser consideradas un “Macondo”, donde su pobladores sienten que han sido inquietados, marginados, desprovisto de ciertas tierras ancestrales, dando a entender que la ley no es para ellos, se han aprovechados de su buena fe, muchos abogados han engañado a estos sufridos habitantes, que protestan porque se sienten impotentes, algunos en su “soledad” llorarán como hombres valientes, que se angustian por que la nueva civilización que era el sueño dorado, se ha convertido en su sepulcro.

Dueños por atavismo y por ley de estas tierras, hoy sienten que la ley es letra muerta, que el “granero de América”, ya no será para ellos, no les están dejando nada a sus descendientes y que probablemente en unas décadas más serán olvidados como José Arcadio, el personaje de Gabo.

Por años han creído los nativos que los candidatos políticos que ahora se aglutinan como Gobiernos Autónomos Descentralizados, les daría la mano, mejoraría su comuna y les permitiría progresar, esa creencia es digna de un realismo mágico

La expectativa en ellos ha sido alta, la realidad ha sido baja, los políticos y empresarios se han aprovechado de su escasa cultura, sin embargo, son los comuneros los que más han aportado a la interculturalidad a través de su habilidad e inteligencia para domar la madera, la paja toquilla, laborar en la pesca y acuacultura, la industrialización de la sal y más.

Esa sencillez y humildad, ese poco hablar no significa que son insensibles a la situación que están pasando. Muestran una estoicidad que asombra y resisten esta injusticia que abarca varias décadas

Pero, llegará el momento que algunos de sus hijos nativos o no, mejor preparado que los mediocres personajes actuales, cambie esta cruel realidad, por eso no deben rendirse.

No es posible que una zona productiva que le pertenece, les sea arrebatada,  taciturnos los comuneros, se preguntan intrigados ¿cómo extraños compraron legal o ilegalmente estas tierras? y se están lucrando, mientras ellos siguen en la pobreza.

La traición ha llegado desde diferentes frentes, los mismos políticos nada visionarios, ignorando que el futuro es este espacio, no los han tomado en cuenta. Esos que en 18 meses estarán visitándolos para obtener su voto, como la gitanos de Gabo, les llevarán sus dádivas, como si de eso vivieran.

Ojalá los comuneros con todas estas vicisitudes hayan aprendido la lección y muestren interés por nuevos personajes. Los mismos de siempre, solo los tratan bien en campaña, después ni lo reciben en sus despachos, haciéndoles sentir que los políticos elegidos son unos reyes que marcan una supremacía falsa, donde no puede protestar la plebe que son los comuneros, como si estuviéramos aún en la época romana o en el intervalo de la revolución francesa.

Los comuneros impotentes observan como personajes mediocres a pretexto de administrar sus parroquias, cambiaron la bicicleta, por el auto o la buseta, otros más audaces y corruptos se han hecho de tierras y propiedades.

Ante el poco oficio de Fiscalía y Contraloría para investigar esos dolos, mayor es la exasperación e indignación de los habitantes de las comunas, abandonados a su suerte.


 

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