Desde la antigüedad se ha venido hablando sobre la
corrupción, a medida que han crecido los Estados o las Repúblicas, las arcas públicas se
incrementaron y con ello crecieron los casos de corrupción.
Cada vez los robos
son a mayor escala, así observamos que en este gobierno se han dado los casos
más sonados en Petroecuador, las eléctricas, y desde el exterior nos
desayunamos con Odebrecht y más de 33 millones en regalos monetarios para
adjudicarse onerosos contratos.
Así los gobiernistas que se han beneficiado con cargos y
contratos probablemente digan que nos es verdad que esta administración es
corrupta.
Sin embargo, la oposición, no tendrá esa visión, por el
contrario, asumen que detrás de esa gavilla de delincuentes que han fungido de
autoridades en los casos anteriormente mencionados, hay personajes más poderosos
que también se han lucrado y que intentan esconder esa red de corrupción, hoy
más que nunca, porque estamos a escasos días de las elecciones.
Para esa misma oposición
es mentira que el fiscal pueda
resolver este bullado caso.
Los gobiernistas, simpatizantes o fanáticos creen que es verdad
que toda la cúpula es honrada impoluta y son seres sacrificados que se
esfuerzan por beneficiar al pueblo.
El pueblo manabita y esmeraldeño que sigue extrañando su
casa, no cree que los de la 35 estén diciendo la verdad, porque a punto de
cumplir año del fatídico terremoto siguen a la intemperie.
Acá en Santa Elena las cosas siguen igual, casos de
corrupción inclusive que no se denuncian por que no se cree en la Contraloría,
Fiscalía y la justicia en general.
Lo que es verdad para unos es mentira para otros.
La verdad de los revolucionarios, pueda que se convierta en mentira cuando terminen de gobernar, Personajes que están en la palestra pública administrando instituciones poderosas, hoy hablan de verdades, mañana puede que hablen de mentiras y dolos