Hoy, estamos
finalizando el año 2016, vivimos la
segunda década del siglo XXI, la tecnología ha permitido que los santaelenenses
más pobres utilicen un celular para comunicarse al instante.
Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) es
el presente y es el futuro del desarrollo de los pueblos, a través de ellas,
nuestros representantes, sea Presidente, Vicepresidente, Asambleístas, Alcaldes,
Prefectos y funcionarios públicos que administran nuestro dinero informan lo
que hacen.
Sin embargo, tanta información a veces excesiva de algunas
autoridades, no produce optimismo en el pueblo ecuatoriano, ni en el pueblo
peninsular, porque la realidad es distinta.
En lo referente a la provincia de Santa Elena:
Al pueblo se le informa que tenemos una planta de gas
licuado, un aeropuerto, una de las mejores carreteras en la vía Guayaquil- Salinas,
es decir una gran opción para recibir a la mayor cantidad de turistas, sin
embargo, todos los años los representantes del ámbito turístico se quejan que
los turistas no han llegado como esperaban, el pueblo entiende esa queja como
otro justificativo para no tener empleo.
En la bonanza económica de este gobierno el pueblo lo único
que entendió fue que tampoco tuvo trabajo, cuando vinieron las empresas
públicas, el pueblo poco se benefició, hasta los profesionales nuestros han
sentido esta postergación
Lo que se observa son
pocos emprendimientos microempresariales de bajo rédito laboral, como la
mayoría de los negocios locales, que poco levanta la autoestima, porque la
autoestima no es vivir del cuento sino del trabajo. Inexplicablemente los grandes
proyectos inmobiliarios, turísticos, industriales ecológicos y más brillan por
su ausencia, porque también hay falencias en esos ámbitos
Ante estas realidades distintas a las expectativas de hace
nueve años, el pueblo lo único que entiende que su presente es negro y su
futuro podría ser gris- claro si es que surgen nuevos personajes que se
preocupen por sus ciudadanos, que viven su realidad: una persona jefe de
familia labora para mantener a sus cinco integrantes, los otros deambulan sin
producir, incrementando la postración de la provincia de Santa Elena.