El 7 de noviembre del 2007 es una
fecha importante para los
santaelenenses, es el sueño cumplido de un pueblo que apoyó a los líderes de
aquella época, para
administrarse de mejor manera, con el objetivo de cambiar sus condiciones de
vida, muy diezmada, soportada solo por la estoicidad de sus habitantes que han
resistido los sinsabores de la vida.
En estos últimos 8 años de Provincialización han pasado tres administraciones de alcaldes,
en Salinas; Vinicio Yagual, Paul Borbor, Daniel Cisneros. En La Libertad; Patricio
Cisneros, Marco Chango y Antonio Espinoza. En Santa Elena; Otto Vera y Dionicio
Gonzabay (dos veces) y 2 prefectos, Anita Triviño y Patricio Cisneros (dos
veces), sobre ellos recae la responsabilidad del progreso de la provincia de
Santa Elena.
Es el momento de pensar en lo
medular, de ¿cómo beneficiar a sus
habitantes? Hay que ir cambiando la cultura de la mediocridad, es deprimente
observar, cómo un gran porcentaje de políticos en funciones o no, optan por
convertirse en mecenas de equipos de fútbol barriales, y los proveen de
uniformes, de cinta para la madrina y hasta obsequian la pelota de fútbol, como
única alternativa para ser elegidos posteriormente para el cargo que ellos se
inscriban.
Así la mediocridad se masifica,
candidatos a alcaldes parecen más dirigentes barriales deportivos, si nuestros políticos creen que podemos ser
una potencia futbolística que presenten pruebas de ello.
Mientras tanto la masificación de
la cultura se posterga, pocos realizan eventos a nivel provincial todo es en
pequeño, a nivel barrial, con ese accionar se desperdician fondos.
Una provincia que viene de Las Vegas
y Valdivia, no ha podido mantener la tradición de ser grande, porque la mayoría
de nuestros líderes se dejaron llevar por lo intrascendente para lograr ser elegidos
y eso se convirtió en hábito.
Es hora de recordar el 7 de
noviembre, pensando que los nuevos líderes deben corregir todos estos errores,
solo así Santa Elena, la provincia, llegará al sitial que queremos.