Oía en una radio local por internet como se
expresaba el Subdirector de la ANT, vino con la consigna de hablar sobre la
tarjeta electrónica y se aferró a ese libreto, expresó que la ANT había
decidido incrementar el pasaje urbano previo a un estudio sobre el mismo, eso
incluía unidades en excelentes condiciones y había que cumplir con el
reglamento de adquirir las tarjetas electrónicas para gozar del servicio
De las expresiones del
funcionario de la ANT la rescatable fue que se debe operar con la tarjeta
electrónica, pero no se puede aprovechar con el pretexto de un cambio de monedas
por plástico, de incluirnos de una vez el aumento de las tarifas en los pasajes
urbanos.
Desde hace años se viene hablando que hay que incrementar el pasaje urbano, en
todos los gobiernos están los transportistas, presionando para que eso ocurra.
Sin embargo para muestra basta un botón, tanto Guayaquil como Quito han logrado
mantener esas tarifas y ellos siguen operando
La ANT escoge a Santa Elena cono modelo de
funcionamiento de una tarjeta
electrónica, pero, el pueblo no sabía
que venía acompañado de un incremento de tarifa
Ahí tenemos la respuesta un
pueblo peninsular que se siente abusado, explotado, humillado, maltratado por tecnócratas de turno de esta institución.
El peninsular no goza de grandes
ingresos, muchos de los que salen a
laborar día a día no completan el sueldo básico, a pesar de ello se esfuerzan
por sustentar a su familia, hoy con ese
incremento del 25% en los pasajes sufrirán más penalidades.
En peores condiciones están los
habitantes de la zona norte del cantón Santa Elena, porque los pasajes son más
onerosos.
Si los funcionarios de la ANT
leyeran las estadísticas del INEC, se hubieran enterado que la provincia de
Santa Elena es la de menos ingresos por habitante, con esa información quizá no
hubieran decidido escoger a la provincia como modelo de tarjeta electrónica,
pero como los estudios y los cálculos matemáticos son fríos, peor si se desconoce
la realidad de una provincia que necesita apoyo y no piedras en el camino, ahí
vemos esta injusticia popular.
Así está la disyuntiva entre ANT
y usuarios, mientras los transportistas, no sabemos cómo con esas unidades viejas, o a medio uso y maquilladas, pretenden cobrar
más por el pasaje urbano.
Las autoridades nuestras de
elección popular probablemente esta semana no inauguren ni socialicen nada,
avergonzados porque han defraudado al pueblo peninsular.