Cuántas veces hemos escuchado estimados ciudadanos, que alguien dice, “Porque somos amigos le perdono todo”, bien por ellos, porque son amigos. Pero, nuestros personajes políticos de elección popular, serán amigos para unos cuántos, no para la mayoría que lo eligió para determinado cargo.
Y ese refrán de amistad sale sobrando en un político, porque está en el ojo del huracán constantemente, debido a que genera noticia, sea por su buena o mala labor.
En la provincia de Santa Elena, casi todos los personajes políticos se conocen, también se conocen a sus amigos, el uno es amigo del uno o del otro, el otro es compadre del de allá y así se ramifica esas amistades.
Cuando llegan determinados políticos al poder seccional, de entrada se observa que dichos personajes comienzan a favorecer a uno que otro amigo, a uno que otro pariente, ellos, no sabemos si por ignorancia o por el deseo de ayudar, cometen errores que rayan en la inmoralidad.
Los anteriores burgomaestres fueron noticia por cometer esas indelicadezas, donde se generó contratos a parientes, caso fortuito de padre empleado - hijo alcalde, familiares beneficiados con contratos onerosos, juicios entre familiares que hicieron noticia por su negativismo y deshonra.
Esas inmoralidades por decir lo menos les costó las alcaldías a los anteriores burgomaestres, eso que dos de estos personajes eran del partido más grande del país, porque el pueblo dijo no a esas acciones que riñen con la moral.
Algunos de estos personajes políticos, hoy mareados y subidos en una burbuja de cristal, piensan que la ciudadanía no sé enterará, si cometen las mismas inmoralidades que los anteriores alcaldes.
Basta de inmoralidad dijo el pueblo santaelenense en las últimas elecciones, porque ansía laborar, pero es marginado por el exceso de compadrazgo y amistades, convirtiendo a la provincia en la de más desempleo en el país, producto de la incapacidad de la mayoría de los personajes que han deambulado en el quehacer político,
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