lunes, 1 de abril de 2013

Leslie Rosero presenta rastros de asfixia según autopsia policial

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Los resultados de la autopsia realizada al cadáver de la universitaria Leslie Gabriela Rosero Soria, de 22 años, determinaron que fue asesinada. Su agresor la estranguló. Al parecer en el mismo parque Metropolitano de Quito, donde su cuerpo fue hallado el pasado sábado.

Con ese informe de autopsia se descartó que su deceso se tratara de un suicidio, como se decía cuando fue hallada con pastillas antidepresivas en un frasco cerca del cuerpo. Ayer, familiares de ella se reunieron con el fiscal Galeano Balcázar, quien lleva el caso, para conocer detalles sobre su asesinato.

Tras el encuentro, el padre, William Rosero, dijo que emitirá un pronunciamiento sobre la muerte de su hija una vez que tenga el informe final elaborado por Criminalística de la Policía Judicial (PJ), pero adelantó que realizará una denuncia en la Fiscalía para que se investigue el caso como homicidio.

Leslie tenía 22 años y era la mayor de tres hermanas. Su familia es muy conocida y querida en el barrio de Cotocollao, en el norte de Quito, donde creció la joven que estudiaba el octavo semestre de Ingeniería Comercial en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.

Hace seis meses la chica empezó a trabajar en una empresa dedicada a la comercialización de insumos petroleros, donde, cuentan, destacó por su habilidad en el área contable.

Uno de sus compañeros de oficina la recuerda como una persona amable, aunque un poco ingenua. “Le gustaba bailar, siempre preguntaba si había alguna farra, pero nunca acudía porque al parecer no le daban permiso”, señaló el joven.

En su oficina, dicen que tenía un novio y que al parecer tenían altibajos. Se trata de Juan Andrés Bonilla Soria. Él en su versión le dijo a la Policía, mientras se investigaba su desaparición, que llevaban cuatro años juntos, pero los padres de la chica no estaban de acuerdo con la relación que mantenían.

Eso habría generado rompimientos de pareja y que incluso ella habría intentado en el pasado quitarse la vida; y que, además, solía tomar pastillas para controlar su estado anímico.

En un mismo taxi

Juan Andrés Bonilla Soria, enamorado de Leslie Rosero, ha dicho que el 26 de marzo, cuando ella desapareció, salieron juntos de Cotocollao en un taxi a la av. República de El Salvador, donde él se habría bajado para ir a su trabajo y ella tomó otro auto para ir a la universidad.

Solicitan pruebas

La Policía Judicial informó ayer que se tomaron muestras de sangre y otros fluidos para determinar si la chica consumió las pastillas o fue víctima de abusos.

Fuente: El Universo

 

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