El hombre que apareció partido por la mitad en una zanja, bajo un puente de la carretera Guayaquil-Salinas, hasta ayer seguía sin ser identificado.
El macabro hecho es muy comentado por los peninsulares. Unas personas deducen que por la ubicación donde fueron encontrado los dos sacos con los restos del occiso se presume que quienes abandonaron el cuerpo habrían venido en el sentido desde Guayaquil a la Península.
Otros indican que el asesinado no sería de esta provincia, pues era un hombre de piel blanca y que tanto los zapatos cafés como el pantalón negro que vestía son de marca.
Hasta ayer permanecían en la morgue de Santa Elena los restos localizados bajo el puente, ubicado en el kilómetro 100 de la vía Guayaquil-Salinas, cerca al ingreso a la población de El Azúcar
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En la dependencia forense de Santa Elena están a la espera de que alguien lo identifique. Serafín Laínez, administrador del anfiteatro, confirmó que no se le había practicado la autopsia y esperan que el fiscal Víctor Tomalá, quien lleva el caso, ordene el entierro de los restos, pues por su estado de descomposición se tornaba difícil seguir manteniéndolo en el lugar.
Después que sacaron de la zanja las dos partes del hombre que estaban en sacos, enseguida fueron llevadas a la dependencia forense y personal de Criminalística hizo una revisión detenida del cuerpo.
En la Policía tampoco se tienen mayores detalles del caso y aún no existen indicios de quién podría ser el mutilado que, pese a su estado de putrefacción, conservaba un reloj gris en su mano izquierda.
OLOR Insoportable
Geovanny Espinoza fue una de las tantas personas que ayer llegaron al anfiteatro en busca de saber más detalles sobre el brutal hecho. “Esto es una venganza, para que mutilen así a una persona es lo único que se puede pensar”, dijo el hombre que observó el cuerpo cercenado del occiso.
Los restos del ciudadano fueron encontrados la noche del pasado viernes por unos trabajadores de las haciendas agrícolas, ubicadas en el kilómetro 100 de la vía a Salinas, por el hedor que percibieron bajo el puente. Unos obreros se acercaron hasta el sitio de donde provenía la pestilencia y vieron que en un saco estaba una persona fallecida. Llamaron a la Policía y minutos después, a pocos metros, los agentes divisaron otro bulto. Era la parte inferior del desafortunado individuo.
Al parecer, primero le dispararon en el pecho a la víctima y después para desaparecerla la habrían cortado con un arma filuda. Los agresores metieron las dos partes en sacos y las arrojaron al ducto./El Extra
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