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| Leonardo Rivadeneira |
La provincia de Santa Elena y en especial la capital del mismo nombre es por historia cuna de decenas de comunas que han venido luchando desde el siglo pasado por establecerse como pueblos en vías de un desarrollo sostenido, situación que en pleno siglo XXI no se cumple, una lucha infructuosa de estos sencillos comuneros que muchas veces han sido engañados por su buen corazón y menta sana, unos piensan que por culpa de ellos mismos, la mayoría cree que no han recibido la ayuda para iniciar su caminar, trotar y salir corriendo en la ruta del progreso que los haga autoproductivos, con las nuevas leyes y la creación de las Juntas Parroquiales en algo se está ayudando a estos comuneros para no depender exageradamente de un municipio santaelenense que ha sido incapaz de encaminarlos.
Los últimos alcaldes han sido lentos en su pensar, faltos de imaginación, los que es peor, ellos mismos en su condición de nacidos en la península no han respondido a la ciudadanía, en una situación que avergüenza, porque el pueblo los eligió pensando que al fin un nativo, un cholo peninsular, sacaría la cara por este pueblo que se ha visto postergado por años, sin embargo, ellos también le han fallado.
Esta opción de nativos en épocas de elecciones es porque ciertos líderes le han hecho creer que sólo un peninsular, los encaminará hacia un progreso que no llega.
Felizmente el pueblo se ha educado y se está dando cuenta que esta verborrea es una estrategia de los que quieren perennizarse en el cargo, que se atemorizan ante la posibilidad de que muchos residentes añejos o no, deseen servir verdaderamente al pueblo con capacidad.
Esos pensamientos de algunos políticos avergüenzan porque son traídas de los cabellos, ¿cuántos peninsulares? audaces, inteligentes, habrán dispersados en el mundo demostrando capacidad laboral que los ubica producto de ello en una situación de comodidad económica, convirtiéndose en exitosos, sin que sean discriminados por esa condición de peninsulares en tierras extraños
El mundo es de los capaces, audaces, inteligentes, estén en el lugar que estén, si ese tipo de personas existen en la provincia bienvenidos sean para bien nuestro.
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