La llegada del Presidente de la República Rafael Correa a la Parroquia Chanduy confirmó lo que hemos venido exponiendo constantemente a la comunidad peninsular, tenemos falencias, debemos prepararnos con mayor exigencia buscando la excelencia
Fue incómodo observar por un lado al presidente Rafael Correa con toda su velocidad mental y capacidad de discernimiento para recordar los proyectos y obras que su gobierno ha realizado en esta provincia y por otro lado nuestras autoridades que intentan también beneficiar a la provincia de Santa Elena, solicitando al ejecutivo su apoyo para tal o cual obra, eso es positivo en nuestras autoridades seccionales, sin embargo, parece que algunos no captaron la importancia de tener al presidente y su gabinete en la provincia y desperdiciaron la oportunidad de exponer proyectos con solidez de tal forma que despierte la atención del primer mandatario y que a la vez genere desarrollo en la provincia de Santa Elena
Insistimos, la única forma de contribuir al crecimiento de la provincia es preparándonos con seriedad, educándonos, leyendo, analizando profundamente los proyectos que hacemos y a quién beneficiamos, sino hay seriedad en lo que se emprende, sino se tiene fe en un proceso, poco es el beneficio que obtendrá la provincia de Santa Elena y sus ciudadanos
Sabemos que los personajes que manejan la provincia son educados, muchos son profesionales, pero, el pueblo los eligió porque pensó que ellos estaban preparados para encontrar nuevas formas de progreso en el menor tiempo posible
Por ahora esa capacitación depende de los más altos niveles, de ahí la importancia de la universidad local, interesada en salir de la categoría “E”, incómoda situación de la UPSE que provoca en algunos de sus alumnos el pensar que sus directivos han perdido la capacidad creativa absorbidos por la comodidad económica queda el cargo
Por lo que se ve, tendrán los alumnos que esperar a los profesionales que fueron a capacitarse en importantes universidades del exterior, con ese conocimiento adquirido podrán tomar las riendas de la universidad con verdadero sentido de academia, sólo así los estudiantes peninsulares se sentirán motivados.
Por ahora, la juventud estudiosa ávida de líderes académicos con mentalidades de avanzada, percibe que sus esperanzas de mejores días se dilatan, hasta que las falencias desaparezcan.
