jueves, 23 de junio de 2011

Asamblea rindió homenaje a Monseñor Alberto Luna

16:20

Presidente de la Asamblea Fernando Cordero, Monseñor Alberto Luna(condecorado)  y el Vicepresidente Lenin Moreno.

Por iniciativa del presidente de la Función Legislativa, Fernando Cordero, la Asamblea Nacional rindió homenaje a Monseñor Luis Alberto Luna Tobar, arzobispo emérito de Cuenca. A este evento solemne, que se cumplió en el Auditorio Benedicto XVI, en la Casa Sacerdotal Sagrado Corazón, ubicado en la parroquia Conocoto, se dieron cita el vicepresidente de la República, Lenin Moreno; el presidente del Legislativo, Fernando Cordero Cueva, asambleístas, autoridades de la provincia de Pichincha y de la ciudad capital, de la Iglesia, el arzobispo de Quito, ministros de Estado, entre otras personalidades.

Con esta oportunidad, el presidente Fernando Cordero Cueva impuso la condecoración “Asamblea Nacional del Ecuador, Dr. Vicente Rocafuerte, al mérito social” a Monseñor Luis Alberto Luna Tobar. También le entregó el Acuerdo Legislativo, en el cual se destaca su indeclinable lucha por la democracia, la defensa de los derechos humanos, su empeño en mantener la identidad de la Patria, y su labor de permanente denuncia de las injusticias sociales, por lo que se le considera uno de los mayores exponentes del humanismo latinoamericano.

En su intervención, el arquitecto Cordero resaltó la inclusión consecuente, permanente y militante en la lucha cotidiana de Monseñor Luna, por el cambio, de la más inhumana situación económica y social a la que han sido y son sometidos los desposeídos de nuestra patria.

Es el paradigma del hombre nuevo, de líder de ese ejército de hombres y mujeres, a los cuales no solo acompaña la sapiencia, sino también una enorme sensibilidad frente al dolor de los otros, una inconmensurable capacidad para indignarse ante la injusticia. La decisión y coraje para visibilizar a los invisibilizados, subrayó.

Monseñor Luna convirtió la sensibilidad en obra social completa, con la cual nos enseñó que la solidaridad tiene que ir siempre más allá de la conmiseración y las lágrimas, dijo, al precisar que una de las mayores virtudes del sacerdote fue, sin lugar a dudas, la dignidad.

Un ser imprescindible

A su vez, el vicepresidente de la República, Lenin Moreno sostuvo que monseñor Luna encarna al ser imprescindible, del que hablaba Berthold Brech, de esos que luchan toda la vida.

 

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