En los últimos años parece una obsesión de los
ministros de Educación de este y anteriores gobiernos por persistir en la idea
que los alumnos asistan al plantel a recibir conocimiento, no importa que no
haya transporte, ni energía eléctrica y que la falta de esta genere la suspensión
del servicio rutinario del agua. Ese líquido vital que permite asear los baños,
con ello mantener un ambiente acorde a la buena salud en los planteles
educativos.
¿Se habrá
puesto a pensar doña Alegría Crespo lo que puede generar en los estudiantes y
profesores la falta del líquido vital? Conoce cuántos servicios higiénicos hay
en cada plantel público probablemente unos veinte a lo sumo, en esas veinte
unidades hacen sus necesidades biológicas más de 1000 alumnos todos los días.
Sin que exista el agua en la mayoría de los planteles para dar aseo y
mantenimiento, lo utilizan una y otra vez, sin poder halar la válvula.
La ministra
Alegría Crespo, dirá no es mi culpa, o todos los planteles no están esa
situación, etc.
La resultante
de esta orden de que los alumnos asistan a los planteles será que en poco
tiempo cuando las enfermedades en profesores y alumnos proliferen, ahí recién
tomará la decisión de impartir enseñanza virtual.
Parece una
obsesión de los ministros de educación por cumplir con las estadísticas, que el
mundo sepa que en Ecuador mantenemos 200 días de clase, que llevamos un proceso
de llenar formularios por parte de profesores sobre la conducta, el
rendimiento, la capacidad creativa y más de los alumnos, así habrá un informe
sobre las virtudes y defectos de cada educando.
De qué
sirve esa estadística, cuando los profesores conocen que la mayoría de sus
alumnos poco aprenden, pocos saben leer bien, viven felices los educandos porque hasta el presente nadie se queda de año, tanta trámite y análisis para
llegar al final del día con la conclusión que los alumnos en su mayoría cada
año se esfuerzan menos por lo generoso que son las autoridades con ellos.
Quizás hay
que agradecerle a doña Alegría Crespo que por lo menos ya incluyó el estudio de
la materia ética y cívica, lo otro sigue igual.