Conocí al
economista Enrique Rosales Ortega el año 2009 cuando mostraba semanalmente sus
escritos en diario EL UNIVERSO, sus temas preferidos eran sobre la problemática
y realidad del área petrolera, en la cual criticaba duramente los malos manejos
administrativos en el ministerio que atañe al petróleo y sus derivados, lo
describía minuciosamente con documentos como respaldos, para que el lector
capte la cruda realidad nacional petrolera, que no nos ha enriquecido, más vale
el tema ha sido noticia de corrupción hasta ahora.
Enrique
Rosales, esporádicamente trataba otros temas, especialmente, cuando observaba
abusos de nuestras autoridades seccionales que se han paseado en su mayoría por
distintos cargos, sin que los funcionarios auditores pertinentes de
Contraloría, muestren el deseo de buscar la verdad, por ello hasta ahora
persiste la corrupción en la mayoría de nuestras autoridades.
Su manera
de escribir le dio lustre a la península de Santa Elena, Enrique fue un
personaje conocido de aguerrido y razonado criterio, cuyos escritos se
difundieron a nivel nacional y el exterior por ser parte de diario EL UNIVERSO.
Los lectores peninsulares seguidores de Enrique esperaban todas las semanas para
analizar sobre qué tema trataba
Sus hijos
Enrique y Diana radicados en Guayaquil, afectados por el delicado estado de su
padre que lo llevó a la muerte, tomaron la decisión de velarlo y enterrarlo en
la ciudad de Guayaquil. Ciudad donde Enrique Rosales mostró su conocimiento, hay
que recordar que él se graduó en la Universidad Laica Vicente Rocafuerte como
economista y mucho tiempo residió allá.
Como legado
dejó un libro denominado “no me cortarán las alas” como una manera de protestar
porque había sido enjuiciado por una política conocida en la época que los de
la revolución ciudadana ejercían el poder.
La ironía
del destino y como anécdota Enrique Rosales fue candidato para la alcaldía de
Santa Elena precisamente por ese partido en la que una integrante de esa tienda
política lo acusó judicialmente.
El proceso
y encarcelamiento injusto afectó a Enrique Rosales, probablemente nunca se
imaginó que por opinar tuviera que pagar las consecuencias que ahora son parte
de la historia sobre Enrique Rosales Ortega.
La
península ha perdido un hombre de letras, de criterio, de sensibilidad por los
más vulnerables, que en Santa Elena son la mayoría.
LEONARDO RIVADENEIRA
