LEONARDO RIVADENEIRA
Puede parecer utópico pensar que la lectura cambie la vida
de los habitantes de un cantón, una
provincia o un país, pero, no lo es, si los ecuatorianos leyéramos más, nos
daríamos cuenta de que las leyes, reglamentes o decretos que se elaboran,
favorecen siempre a los que más tienen.
Un ejemplo: ¿creen ustedes que es lógico favorecer a los
expresidentes y vicepresidentes con sueldos eternos? Cuando ellos han sido los
causantes de nuestras tristes realidades a través del tiempo. Por qué se
favorece a estos exmandatarios que tienen mayor oportunidad de trabajar que el
pueblo llano que carece de conocimiento por su falta de lectura.
Si el pueblo leyera, se daría cuenta que el país ha tenido expresidentes
demagogos.
Significado de Demagogia: Empleo de halagos, falsas
promesas que son populares pero difíciles de cumplir y otros procedimientos
similares para convencer al pueblo y convertirlo en instrumento de la propia
ambición política.
Hoy vivimos un capítulo más donde el pueblo al final tendrá
que absorber las medidas económicas que se están dando.
Sin embargo, por no leer, porque creer solo lo que escuchamos
en las redes sociales, nos apasionamos, unos están a favor de las medidas otros
en contra. A veces hasta amistades se pierden por aferrarnos sin fundamento a
discusiones coléricas.
Hoy la provincia de Santa Elena muestra su insatisfacción
por las medidas, sin embargo, los peninsulares han sido maltratados durante
décadas, por desconocimiento, por falta de lectura de la mayoría, no han protestado
para que respeten sus derechos.
Han pasado los años, nuestros asambleístas nunca pusieron en
pie de lucha las propuestas que las provincias
orientales si lo hicieron, y se les asignó un cantidad de dinero por la explotación
petrolera, también debió acreditarse una cantidad a nuestra provincia que desde
hace más de un siglo ( 1911) aporta al país.
Estos pocos ejemplos dan cuenta que el desconocimiento
producto de la falta de lectura nos tiene subyugados, empobrecidos.
Hoy nuestros jóvenes, la mayoría con escasos conocimientos y
pocos recursos económicos, han perdido las ganas de ilustrarse, prepararse y
ansias de progresar.
La ociosidad no es buena consejera, sin lectura se cree todo
los que nos digan, probablemente mucha gente que está saliendo a protestar no
sabe por qué se emitieron las nuevas medidas económicas y prefiere desahogarse
protestando, pero en realidad irrumpen por su realidad económica.
Jóvenes que
no tienen oportunidad de laborar en una provincia donde algunos de nuestros
líderes tampoco han querido leer, provocando un estancamiento en ideas a favor
del pueblo.
Si leyéramos más, probablemente otros serían los líderes que
manejen este país.
Lectura es incremento de conocimiento y discernimiento para presionar
a los políticos que actúen a favor de las clases más vulnerables.
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