A pocos meses de cumplir 12 años de ser provincia las
aspiraciones que se argumentaron en aquella época quedaron en el papel, los
políticos de turno obnubilaron a los habitantes con la idea que la provincialización
traería beneficios para esa gran masa ciudadana que los apoyo, sin embargo,
aquello no ha sucedido.
Los porcentajes de pobreza en La Libertad, Salinas y Santa
Elena no han variado, una prueba elocuente es: cómo acudieron cientos de jóvenes
a las entidades con nuevos mandatarios con el objetivo de alcanzar un cargo, la
mayoría salieron decepcionados porque los jóvenes en su comodidad quieren, pero
no se integran a la política ciudadana para presionar de alguna manera a las
autoridades elegidas para que hagan esfuerzos en cambiar esta realidad.
Antes y después de ser provincia se viene hablando del
turismo como una meta para bajar los índices de pobreza, hay aportes de la
UPSE, de los municipios, de la prefectura, pero no hay un enlace coordinado
para poner a funcionar este gran objetivo turístico.
Este 2019 debe ser el año del nacimiento de un proyecto
mancomunado turístico, donde los operadores turísticos también den su opinión,
de lo que estamos haciendo.
Si nuestras autoridades de elección popular no coinciden en
un esfuerzo conjunto, se habrá desperdiciado dinero en personal improductivo.
En algunos municipios se observan las mismas caras, lo mismo
en el ministerio de turismo, caras eternas con proyectos inútiles, la resultante,
una reunión de amigos para la foto y nada más inundan las redes sociales, festejando el apareamiento de las ballenas, el inicio del verano y más.
Equivocadamente o por vanidad utilizan a los medios de
comunicación en los temas que les conviene, pero, no aceptan los aportes que
ellos puedan dar de una realidad paupérrima que nos está asfixiando, sin
producción no habrá progreso.
Esa reunión de amigos debe acabar porque se convierte en un
grupo selecto que poco saben de turismo, no saben ni cuántos habitantes somos,
cómo van a planificar un desarrollo sustentable.