LEONARDO RIVADENEIRA
Los políticos poseen una gama de personalidades, la utilizan
acorde a las necesidades de votos, por ejemplo: ahora, dicen incoherencias para justificar su
propósito, que Nebot es importante porque practica un modelo exitoso.
Esta afirmación desnuda a los políticos tradicionales como administradores
incapaces, ahora necesitan de un padrino político como Nebot para aprender a
administrar. Eso confirma lo que he venido criticando que la mayoría de
nuestros políticos en los último 20 años no han logrado que progrese la provincia,
peor sus cantones y parroquias.
El afán de los políticos tradicionales es administrar los
GADS a sus criterios, para ellos más importantes es una cancha deportiva, un
parque subutilizado, una sede parroquial, una iglesia pequeña, que proveer de
agua potable y alcantarillado a sus habitantes.
Casi todos los políticos por su poco hablar apuntan a lo
fácil, la reunión deportiva, al abrazo, a “la chacotada”, le hacen creer a ese
ser humilde que es su amigo, que desparpajo de políticos tenemos. Sin embargo, esos
ciudadanos atendidos por el deporte después viven la gran decepción, los alcaldes
ni lo reciben.
Cómo tarea hay que primero educar a los políticos, ellos
deben saber, cuántos habitantes somos en la provincia, en los cantones y en las
parroquias, que grado de educación tenemos, que profesiones practican, para
poderlo enrumbar y ayudarlos a progresar, desgraciadamente, muchos de los
candidatos nuestros no saben ni hablar correctamente.
Tampoco saben lo que hay que hacer para salir del atolladero,
la consigna es convencer para triunfar, eso no es servicio, eso es oportunismo.
Otros candidatos creen, porque los mismos de siempre están
de bajada, que es su oportunidad, pregúntenles qué harían si fueran autoridad,
no lo saben.
ES SABIDO QUE LOS MISMOS DE SIEMPRE TIENE EL DINERO SUFICIENTE PARA SUS CAMPAÑAS, PREGUNTEMOS DE DÓNDE LO OBTIENEN.
Ese dinero genera lo que se temía, está ocurriendo que movimientos y políticos
temerosos sucumben ante los mismos de siempre en una realidad que avergüenza,
esperemos que no terminen regalándose en alianzas inútiles.
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