jueves, 14 de julio de 2016

El Turismo y la ilustración

11:15



Es plausible que la sociedad civil, la empresa privada al fin coordine acciones para instruir, ilustrar, a los medianos y pequeños empresarios inmiscuidos en la labor turística, los grandes empresarios poseen por lo regular estrategas de marketing.

Una acción que debió tomarse años atrás, mejor es tarde que nunca.  La realidad demuestra que hay falencias en la forma de hacer turismo en la provincia de Santa Elena, no se aprovecha los patrimonios, no se los resalta en su verdadera dimensión, Probablemente porque muchos santaelenenses no entienden lo que tienen, la reducida cultura  de los empresarios turísticos, sobre nuestra ancestralidad, no le han permitido explotar la veta que poseen.

Ni los municipios cuentan con documentos (libros) que respalden está realidad, todo está superditado a lo que se incluya en las redes sociales y nada más. Los mismos departamentos de cultura no cuentan con personal idóneo.

Existen contradicciones en el turismo un ejemplo: el alcalde de La Libertad, limitado en su proceder, prefirió regenerar un parque a un costo millonario y no darle el mantenimiento debido al malecón que es el generador del turismo, perjudicando a la ciudad que el representa.

La queja común de los turistas es el excesivo costo en los precios de alojamiento, comida, transporte, etc. Así la estadía y el consumo de los turistas es efímero, por ende los ingresos también. Hoy, ni el desastre lamentable que están pasando los hermanos manabitas y esmeraldeños, han influido para que se incrementen turistas en nuestras costas peninsulares, se dirá que es la crisis económica,  y otros justificativos, pero la crisis no llega a todos los turistas hay un mercado base que pueden ir al lugar que deseen

Una provincia que cuenta con una diversidad étnica, climática, de flora y fauna, con las mejores carreteras para su uso, aeropuerto y terminal terrestre moderno subutilizado, dan cuenta del escaso turismo que afecta los bolsillos del pueblo peninsular por años. Así la decepción ciudadana continúa en una provincia dónde los dueños de nuestro destino somos nosotros.

 

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