El rostro de una persona es
sin duda una de las partes más importantes del cuerpo, pero ¿qué pasa cuando
alguien pierde un ojo, una oreja, o la nariz?, “la vida es más difícil, pero ¿qué
podemos hacer? agradecer por estar vivos”, dice Segundo C, un hombre de 60 años
que a causa de un accidente de tránsito perdió su ojo derecho.
Él es uno de los afiliados
que gracias a la somatoprótesis (reposición de órganos ausentes o perdidos de
forma congénita o adquirida), logró que
le colocaran una prótesis ocular. Desde el 2009 el Hospital Carlos Andrade
Marín (HCAM) ofrece este servicio a los afiliados y beneficiarios. Según datos
de esta casa de salud, hasta octubre del 2015 ya se han colocado cerca de 500
prótesis maxilofacialies, el 80% son oculares.
“Se atiende a todos, desde
bebés hasta ancianos. Aproximadamente se realizan 12 prótesis mensuales. Somos
los únicos en todo el país que hacemos este trabajo, no existe somatoprótesis
en la red de salud, en las Fuerzas Armadas ni en la Policía”, señala el Dr.
Javier Del Pozo, jefe de Servicio Máxilo Facial y Estomatología de esta casa de
salud.
Al igual que Segundo, día
a día acuden pacientes que han perdido un órgano de su rostro por diferentes
causas, “pueden ser congénitas (de nacimiento), por accidente, o por alguna
enfermedad, en su mayoría es a causa del cáncer”, indica Del Pozo.
Un equipo
multidisciplinario de médicos trabaja en esta labor, que no solo consiste en
remplazar el órgano perdido por estética, este proceso paralelamente va
acompañado de ayuda sicológica que brinda el mismo hospital, ya que primero los
pacientes deben aceptar el problema y luego la prótesis.
En aproximadamente 15 días
se elaboran estos implantes y en cuatro sesiones los pacientes ya pueden tener
la sustitución de su órgano perdido. “En el caso del ojo, el primer paso es
tomar las impresiones de la órbita ocular, para sacar el molde, luego se pinta
el iris del mismo color del otro ojo, el tercer paso es tomar una prueba en
cera para colocar el iris y centrar los ejes para evitar que los pacientes se
queden bizcos, y en la cuarta sesión, se coloca la prótesis. Si se trabaja dos
sesiones a la semana en la segunda semana está puesta la prótesis”, manifestó
Del Pozo.
Lenin P. acudió a su
segunda cita. Él es un joven de 33 años que nació sin oreja derecha debido a
una deformación hereditaria, nunca pensó que podían remplazarla, y fue el
otorrinolaringólogo quién le aconsejó y le derivó al Hospital Carlos Andrade
Marín para que le coloquen una prótesis.
Después de la evaluación,
en la segunda sesión, el médico especialista tomó el molde de la oreja izquierda
para elaborar la sustituta con silicona. “Cuando me coloquen la prótesis
estéticamente estaré mucho mejor, por ser afiliado este procedimiento no me
cuesta nada. Cuatro primos en mi familia sufren de lo mismo, espero que mi
experiencia les sirva y también opten por esta alternativa”, indicó Lenin.
El material que se utiliza
para elaborar ojos artificiales es el acrílico y para realizar nariz y orejas
se emplea la silicona. Por el costo de las piezas muchas personas se quedan
mutiladas ya que no pueden acceder a estos aparatos, normalmente en el mercado una
prótesis ocular puede costar 2.000 dólares, mientras que una de oreja, de ojos
con párpados, o segmentos de cara, llega a los 10.000 dólares.
Las prótesis se pueden
colocar diariamente como los anteojos o los zapatos, el paciente fácilmente
aprende a manejarlas, cada una dura tres años, mientras que en los niños, debido
al crecimiento cráneo facial, deben ser cambiadas en un promedio de cuatro a
cinco años.
Después de la cita,
Segundo sonríe porque está vivo y no murió en el accidente que sufrió hace cuatro
meses, le agradece mucho al Hospital Carlos Andrade Marín, porque fue ahí donde
le salvaron la vida y le reconstruyeron su rostro. La colocación de la prótesis
del ojo era lo último que le faltaba, para volver, luego de la tragedia, a
retomar poco a poco su vida cotidiana.
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